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La explosión de la cantidad de datos en circulación, la amenaza de los robots o la inteligencia artificial preocupan en el Foro de Davos, donde muchos temen que los avances tecnológicos sean demasiado rápidos para la humanidad.
Signo de esta preocupación, los ministros de 76 países, entre ellos los de la UE, Estado Unidos y China, lanzaron este viernes en Davos negociaciones para regular el comercio en internet de manera “más previsible, eficaz y segura” .
“El comercio en línea es una realidad en la mayoría de regiones del mundo, de manera que tenemos que ofrecer a nuestros ciudadanos y a nuestras empresas un entorno comercial que sea previsible, eficaz y seguro”, dijo la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
La advertencia más pesimista llegó el jueves por parte del millonario y filántropo George Soros en la cena que cada año ofrece coincidiendo con el Foro Económico Mundial (WEF) .
“Quiero llamar la atención sobre el peligro mortal que suponen para las sociedades abiertas los instrumentos de control que el ’machine learning’ y la inteligencia artificial ponen en manos de los regímenes represivos”, dijo apuntando a China.
Otra de las preocupaciones es la amenaza que supone para los puestos de trabajo la robotización, en un mundo donde las desigualdades son cada vez mayores y donde crecen las opciones políticas radicales.
“Todas estas empresas, tecnológicas o no, tienen una gran responsabilidad”, dijo a la AFP Jean-Philippe Courtois, vicepresidente ejecutivo de Microsoft. Los beneficios de la economía digital tienen que redistribuirse “a un número mayor de personas”, según él. “Esto quiere decir más responsabilidad, por ejemplo en la educación”.
- Al ritmo de los cambios -
En un estudio reciente, la consultora McKinsey apunta que las empresas “subestiman la aceleración del ritmo de la digitalización, los cambios de comportamiento y de tecnología que dictan ese ritmo y, sobre todo, el alcance de la alteración que les espera”.
Bill Ready, director operativo de la compañía de pagos Paypal, apunta que el sector financiero estaba pensado “para servir a gente que trabajan de 09h00 a 17h00, para una sola compañía, muchas veces durante toda su carrera”.
“Pero cuando la manera de ganar dinero cambia, la manera de pagar y de gestionarlo también debe cambiar” , añadió. Por su parte Microsoft está optando por la informático desmaterializada, la llamada “nube” , tras darse cuenta de que los sistemas operativos tradicionales, como Windows, están perdiendo terreno.
En un local instalado en la calle principal de Davos, el gigante estadounidense presenta vídeos para explicar las pequeñas revoluciones que promete la inteligencia artificial. Es el caso del “supermercado del futuro”, con captores que permiten alertar de inmediato al servicio de limpieza si un brick de leche se rompe en el suelo.
Pero las empresas tiene que ser “muy muy claras sobre lo que quieren hacer”, sobre todo porque los avances tecnológicos suscitan muchas tensiones, como en el caso de Uber en el sector de los transportes o el de AirBnB en el del turismo y la hostelería.
Esta “cuarta revolución industrial” va “más rápido de lo que nadie había augurado”, afirma Murat Sonmez, un experto del Foro Económico Mundial, la organización que gestiona el foro de Davos y que lleva cabo durante el año muchos estudios sobre la cuestión.
“Las empresas y los gobiernos llevan retraso y se quedan atrás” , indica. La influencia de las redes sociales en los procesos políticos, la confidencialidad de los datos personales pero también la fiscalidad de los gigantes de la tecnología suponen importantes desafíos para los estados.
Europa parece ser pionera en la materia, por ejemplo con la adopción el año pasado de un Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) . La número dos de Facebook, Sheryl Sandberg, aprovechó su presencia en Davos para intentar mejorar la imagen de la compañía, marcada por varios escándalos en los últimos meses sobre la protección de los datos de sus usuarios.
“No habíamos anticipado todos los riesgos relacionados con el hecho de poner en contacto a tanta gente entre sí”, dijo en un encuentro organizado por el semanario alemán Die Zeit. “Tenemos que volvernos a ganar la confianza”, añadió.