En Zúrich, el mercado navideño de Münsterhof ha ampliado los horarios en los que se activan las barreras para limitar el acceso, y ha aumentado la vigilancia policial, incluyendo más controles de entrada de vehículos en diferentes mercadillos públicos.
Además, por primera vez se ha prohibido de cara al fin de año que los particulares enciendan sus propios fuegos artificiales, rompiendo con una tradición local.
En Berna se han dispuesto unas barreras de hormigón en la entrada del mercado navideño de Waisenhausplatz, decoradas como si fueran regalos.
No se prevén medidas especiales en la procesión tradicional de fin de año que se celebra desde el histórico castillo de Laupen.
Otras ciudades con importantes celebraciones de fin de año, como Bellinzona, Ginebra o Lausana mantienen sin grandes cambios sus programas festivos, que incluyen desfiles, espectáculos de fuegos artificiales y actuaciones musicales.