"Por la parte sueca hemos mantenido contacto con el barco. Queremos que se dirija hacia aguas suecas", dijo en rueda de prensa.
Kristersson resaltó que no hay ninguna acusación detrás de sus palabras y que el propósito es "facilitar" la investigación.
"Es nuestro deseo claro. Todavía no hemos recibido ninguna respuesta a esa cuestión", afirmó.
El Yi Peng 3, que había zarpado del puerto ruso de Ust-Lugá y se dirigía a Egipto, se encuentra anclado desde hace días en el estrecho de Kattegat, en aguas internacionales entre Dinamarca y Suecia, escoltado por una patrullera de la Marina danesa, a la que se unieron también las guardias costeras sueca y alemana.
El carguero está en la zona de influencia económica danesa y, según aseguraron ayer las televisiones públicas DR (danesa) y SVT (sueca), varios países negocian con Pekín para que les permita acceder a él e interrogar a la tripulación.
Los datos de tráfico marítimo sitúan al Yi Peng 3 en las proximidades de ambos cables en el momento en que se detectaron las roturas.
Finlandia y Suecia han lanzado una investigación preliminar por un presunto delito de sabotaje, mientras que la Fiscalía General de Lituania abrió diligencias por un posible acto de terrorismo.
La rotura del cable entre Finlandia y Alemania es la tercera avería de una infraestructura finlandesa clave en poco más de un año, después de que en octubre de 2023 se dañaran el gasoducto submarino Balticconnector y un cable de telecomunicaciones, ambos entre el país nórdico y Estonia.
Aunque las investigaciones aún no han concluido, la hipótesis más probable es que estas roturas fueron causadas por el ancla del buque mercante chino Newnew Polar Bear, que se dirigía a la ciudad rusa de San Petersburgo, aunque se desconoce si ocurrió de forma accidental -como sostiene Pekín- o deliberada.