Esta campaña de Instagram para EE. UU. y Canadá estaba dirigida a un grupo de usuarios etiquetados como “desconocidos”, pero Google sabía que estaba dirigida a menores de 18 años y tomó medidas para disfrazar la verdadera intención de la operación publicitaria, según en rotativo.
En tanto, el proyecto ignoró las reglas de Google que prohíben personalizar y orientar los anuncios a menores de 18 años.
Cuando el Financial Times se puso en contacto con Google, el gigante tecnológico inició una investigación sobre las acusaciones.
Además, según el medio, el proyecto fue cancelado.
Google dijo al periódico en un comunicado: “Prohibimos que los anuncios se personalicen para personas menores de 18 años, punto”.
La empresa también señaló que toman medidas adicionales para asegurarse de que los representantes de ventas no ayuden a los anunciantes o agencias a ejecutar "campañas que intenten eludir sus políticas".
Spark Foundry, una filial estadounidense del gigante publicitario Publicis, habría trabajado con las dos empresas para lanzar la campaña ilícita este año en Norteamérica.
Meta y Google tenían la intención de ampliar la campaña a mercados internacionales y promover otras redes de Meta, como Facebook, según el Financial Times.