“Latinoamérica es una región que adopta muy rápido las nuevas tecnologías. Hogar de una comunidad de creadores muy dinámica con más de 100 millones de cuentas para el uso de efectos de realidad aumentada en Facebook e Instagram”, destacó en una entrevista con EFE por videoconferencia Nick Clegg, ex viceprimer ministro de Reino Unido y ahora presidente de asuntos globales de Meta.
En este sentido, Clegg señaló “grandes mercados como Brasil y México entre los diez primeros a nivel mundial” en el uso de Meta Spark, una herramienta de software capaz de crear experiencias de realidad aumentada y utilizada por cerca de 750 millones de personas al mes en todo el mundo.
Para el exviceprimer ministro británico este dato es muy relevante, ya que se produce en una zona en la que apenas hay distribución de las Meta Quest, sus gafas virtuales capaces de sumergir al usuario en una experiencia creativa, educacional o de ocio.
“Es muy importante recordar que para participar en experiencias de realidad virtual aumentada no necesitas tener esta tecnología. Pronto seremos capaces de utilizar el teléfono móvil para experimentar este software. Nuestros dispositivos Meta Quest actualmente sólo están disponibles en, creo, 22 países de todo el mundo”, destacó Clegg.
En su opinión, el metaverso será la próxima evolución de Internet y su uso servirá para “rehumanizar” la educación, inspirar y motivar a los alumnos gracias a su capacidad de inmersión.
El metaverso “no pretende deshumanizar la educación, sino todo lo contrario. Creo que dentro de muchos años echaremos la vista atrás y diremos: ‘Dios mío, ¿te acuerdas? Solíamos sentarnos en un pupitre y mirar trozos de papel’. Eso es deshumanizador”, apuntó.
Entendido como un espacio virtual dotado de tecnologías inmersivas (como la realidad aumentada, la realidad virtual, la inteligencia artificial o la realidad mixta), el metaverso aportará “experiencias de aprendizaje mucho más humanas. Creo realmente que estamos rehumanizando la educación”, destacó.
En su apuesta, Clegg considera que esta revolución tecnológica aplicada a la educación no implicará “reemplazar a los profesores, sino darles nuevas herramientas para inspirar y motivar a los jóvenes estudiantes”, detalla.
Se trata de una nueva forma de replantear las clases, al crear un entorno virtual que reúne a profesores y alumnos: “El profesor toma por completo el control de la experiencia que tienen los estudiantes. Y es por eso por lo que los desarrolladores de programas están creando una gran cantidad de contenido. Aunque nos encontramos solo en el arranque”, precisó.
Según un estudio realizado por la auditora PriceWaterhouseCoopers (PWC), el 40 % de los estudiantes que usan tecnología de realidad virtual en sus clases se consideran más preparados para aplicar en la vida real lo aprendido y participan un 150 % más que en las clases tradicionales.
Aumenta, además, la eficiencia en el aprendizaje al ser capaz de reducir a tan solo 29 minutos asimilar conceptos, lejos de las 2 horas de la enseñanza tradicional en un aula o los 45 minutos que llevaría en el aprendizaje online, según el estudio.
“Estamos en una fase muy temprana. Todavía necesitamos un ecosistema mucho más rico de programas para los profesores. Nosotros podemos construir el hardware, somos una empresa tecnológica, pero no podemos hacer las clases de geometría o de álgebra. Se trata de una alianza. Queremos trabajar con los profesores, los gobiernos y los investigadores para hacer de esto una realidad”, detalló Clegg.
En este sentido, la multinacional liderada por Mark Zuckerberg ya ha anunciado proyectos en centros educativos de países como Japón, Reino Unido o en diversos estados europeos de cara a profundizar en su potencial para el aprendizaje y para analizar las transformaciones necesarias en el entorno educativo que permitan la integración de esta nueva tecnología.
Para ello, destacó los cuatro pilares de la transformación tecnológica propuesta por Meta: “Reinventar las clases en el colegio, situar en un espacio virtual a profesores y alumnos, transformar la formación profesional y que sea un aprendizaje para toda la vida”.
Un proceso para el que no se marcan un plazo. “Esta transformación ya está ocurriendo y vemos su gran potencial. Esperamos que pasen algunos años antes de verlo a gran escala, pero a veces la tecnología va lenta y de repente se dispara su masa crítica. Y no puedo predecir cuándo será eso”, concluyó.