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En comunicación con ABC Cardinal este miércoles, Miguel Ángel Gaspar, director de la Fundación Paraguay Ciberseguro, habló de la reciente habilitación de la herramienta de conversación con inteligencia artificial ChatGPT en Paraguay y de las implicancias que el avance de ese tipo de tecnología tendría a nivel creativo, educativo, investigativo o profesional.
ChatGPT, desarrollado por la empresa OpenAI, es un “chatbot” con inteligencia artificial avanzada que le permite mantener conversaciones con un gran nivel de naturalidad, comprender y analizar imágenes y redactar textos de varios tipos, código y muchas otras aplicaciones.
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Esta semana se habilitó oficialmente el acceso a ChatGPT –que en su versión básica es gratuito– desde Paraguay.
Gaspar describió a ChatGPT como “conversacional al cien por ciento”, señalando que su fundación estuvo experimentando con el “chatbot” pidiéndole, por ejemplo, un trabajo práctico sobre las consecuencias del gobierno de Francisco Solano López en Paraguay o información sobre normas financieras, pedidos a los que respondió en detalle.
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“Hay algunas cosas que aún son vidriosas, pero abre nuevo panorama para contadores, periodistas (…) de una asistencia que mejore la creatividad, estamos ante las puertas de un suceso”, dijo Gaspar.
“Destrona a los buscadores”
El experto en ciberseguridad señaló que podría describirse la herramienta como un buscador muy avanzado, que va más allá de simplemente arrojar enlaces en base a una búsqueda, sino que “conversa” con el usuario sobre la información solicitada.
“Esto destrona a los buscadores”, vaticinó.
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Además, señaló, puede servir como apoyo para desarrolladores informáticos.
“Hay colegas que le han pedido un código de programación de un sistema que permita llevar contabilidad ante tal o cual situación (…) Si sos desarrollador, te ahorra muchísimo tiempo”, explicó.
Peligro de plagios
Gaspar dijo que mientras más avanzados sean los parámetros de búsqueda que uno da al “chatbot”, la respuesta será más precisa y detallada. Sin embargo, señaló que ese avance tecnológico también abre peligros y problemas, señalando como un ejemplo el campo de la educación.
Gaspar relató que en España, donde los trabajos prácticos son analizados con software antiplagio, alumnos lograron hacer pasar un trabajo escrito por ChatGPT como auténtico, sin que el sistema detecte plagio.
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Además, la versión anterior de ChatGPT, reemplazada la semana pasada por el actual GPT-4, quedó a dos puntos de aprobar un examen de ingreso para una carrera universitaria de medicina.
Gaspar señaló también que no solo existen muchos otros “chatbots” similares a ChatGPT, sino también herramientas de inteligencia artificial que son capaces de generar imágenes o vídeos cada vez más convincentes, lo que ya ha causado problemas de fraude a nivel internacional.
Cambio de paradigma
El advenimiento de inteligencias artificiales cada vez más avanzadas, opinó Gaspar, obliga a un “cambio de paradigma” tanto en la educación como en la labor policial investigativa.
En educación, señaló, ChatGPT podría ser una herramienta valiosa para fomentar la creatividad, pero “si no cambiamos los paradigmas no va a servir, va a ser una herramienta más para que los chicos hagan trampa”.
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Señaló que se debe capacitar a los docentes en el uso de software, incluso la propia ChatGPT, y cambiar los mecanismos de evaluación del aprendizaje de los alumnos.
“Va a morir el sistema actual de impartir educación, va a quedar obsoleto, y si lo seguimos sosteniendo nos va a dejar a destiempo”, advirtió.
En el campo policial, opinó que estos avances obligarán a formar a los investigadores principalmente en el análisis de metadatos para poder distinguir imágenes generadas por inteligencia artificial de imágenes reales.
“Esto no significa que se viene Skynet (en referencia a la inteligencia artificial asesina de la saga de películas Terminator), pero es nuestra responsabilidad proteger la soberanía digital y tecnológica, proteger los activos digitales de Paraguay y prever el rumbo de la educación, la investigación, la Policía, la defensa de las fronteras, dejar un poco las paparruchadas habituales. Estamos en un mundo globalizado; si no nos subimos a la ola nos va a pegar un tsunami”, concluyó.