La empresa especializada en riesgo político, de seguridad y ciberseguridad, geopolítico y regulatorio presentó este miércoles su RisksMap 2023.
Resalta que el próximo año surgirá una “ruptura fundamental de las redes globales en distintas arquitecturas regionales o incluso nacionales, causada por la militarización del ciberespacio y un choque de intereses nacionales”.
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El documento estima que “más del 60% del PIB mundial se digitalizará en 2023″ y alerta de que el ciberespacio se está transformando de manera radical.
Preguntado por Efe, Jonathan Wood, director principal de Control Riks, destaca que “la carrera armamentística cibernética se acelerará en 2023 a medida que converjan las redes de tecnología de la información y tecnología operativa”.
Ciberespacio con más control
En paralelo a esta militarización, se observa que los Estados buscan ejercer más control en su ciberespacio nacional y vaticina que en 2023 más del 75 % de la población mundial estará cubierta por, al menos, una normativa de privacidad de datos.
Según el documento, los servicios de la nube, las tecnologías operacionales y los suministradores de servicios de informática continuarán afrontando las amenazas más críticas por parte de los Estados, delincuentes y activistas en 2023.
La consultora dice asimismo que la ambición de operar una única red global para organizaciones multinacionales será “desafiada de manera significativa” y, más allá de 2023, avanza que los entornos digitales descentralizados proporcionarán mayor agilidad, seguridad y resiliencia a quienes los adopten.
En el apartado de riesgos regulatorios, el informe avisa de que la “austeridad, la escasez y la lucha marcarán la pauta en 2023″ y que en el caso de las empresas lo harán “el intervencionismo del Estado, la imprevisibilidad política y el
Ciberespacio en turbulencia
El “principal riesgo regulatorio para el año” será “la turbulencia ocasionada por las respuestas del Gobierno a las condiciones económicas más duras y la mayor fragilidad fiscal”.
Wood indica que “los gobiernos están interviniendo más directamente en el entorno empresarial para crear cadenas de suministro seguras y resistentes menos dependientes de los rivales geopolíticos”.
Riesgo operacional y riesgo de seguridad
En el apartado de riesgo operacional, Control Risks subraya que el mayor peligro que afrontarán negocios y gobiernos el próximo año será gestionar la alteración energética mientras se persigue la adaptación y alerta de que no habrá un retorno a la estabilidad anterior a 2022.
Con la crisis energética, considera que no es momento de descuidar las renovables sino que, al contrario, estas continúan ofreciendo “una fuente principal de estabilidad en el largo plazo y predictabilidad para los negocios”.
Sobre la seguridad, destaca la inmediata preocupación del riesgo de escalada continuado y las consecuencias, junto con las tensiones en el Báltico y los mayores riesgos del ciberconflicto.
La guerra en Ucrania también ha forzado a recentrarse en un nuevo y más amplio punto de vista de riesgos de guerra y crisis.
Riesgos de energía y suministros
“El shock energético global desatado por el conflicto de Ucrania está obligando a las empresas a adaptar sus modelos de negocio”, comenta Wood en este sentido.
Además, el directivo ve “poco probable” que el conflicto se resuelva en 2023 y cree que este “continúa planteando riesgos de energía y cadena de suministro para los negocios globales”.
Por otro lado, Wood subraya que RiskMaps 2023 ahonda en cómo “la competencia geopolítica, especialmente entre Estados Unidos y China, está creando un panorama de riesgo más complejo para los negocios globales”.
Si bien se espera que las relaciones entre esos dos países “continúen siendo tensas, sigue siendo muy poco probable que se produzca un conflicto directo” el próximo año, agrega.