El aparato, pilotado por la compañía flamenca Helicus, despegó el martes de un edificio de la red hospitalaria ZNA y aterrizó cuatro minutos más tarde en el tejado del edificio Sint-Agustinus de los hospitales GZA, a 800 metros de distancia.
En el interior de un tubo acoplado al dron viajaba un frasco con tejido humano potencialmente cancerígeno que debía ser analizado en el laboratorio del segundo centro.
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Ese vuelo de prueba, seguido de otros tres a lo largo de la jornada, es una primicia en suelo europeo: por ahora, Helicus es la única compañía comunitaria que ha recibido la autorización de Bruselas para volar drones con fines médicos sobre una ciudad y pilotados de forma remota, fuera del campo de visión del operador.
Los test, hechos con un aparato del constructor belga SABCA, se han adelantado a la aprobación de una nueva normativa europea que se espera llegue en 2023 para generalizar este medio de transporte de tejidos humanos.
Drones con gran rapidez
Helicus apuesta por su desarrollo comercial y por hacer vuelos regulares a partir de 2024.
“La gran ventaja de los drones es que combinan rapidez, reduciendo el tiempo medio de transporte, y regularidad, porque garantizan la fiabilidad logística”, explica a la AFP Mikael Shamim, presidente de Helicus.
Los dirigentes de los grupos hospitalarios ZNA y GZA se preparan para la entrada en vigor de la nueva ley. “Los tiempos de entrega son vitales y la ausencia de tráfico en el aire aseguran una duración de vuelo fiable”, afirma Els van Doesburg, presidenta de ZNA, apuntando que el tiempo de los trayectos podría reducirse a la mitad.
Los cuatro laboratorios de las dos redes hospitalarias sacan cada año 1.200 pruebas durante operaciones médicas que deben ser analizadas de forma urgente para detectar células cancerosas y así determinar como sigue la intervención.
Transporte de muestras
“Los resultados deben estar listos en 30 minutos” como máximo, precisa la patóloga de los hospitales GZA, Sabine Declercq.
Por ahora, solo está sobre la mesa transportar muestras para análisis, pero Helicus ya considera la posibilidad de transportar sangre e incluso órganos para un trasplante. Aunque eso llevará años: con más volumen, habría que añadir al aparato elementos de enfriamiento, recuerda Shamim.