Sin embargo, antes de que se permita el acceso de camiones sin conductor a carreteras y autopistas, aún se deben realizar múltiples pruebas para garantizar la seguridad.
Los camiones autónomos funcionan con radares, escáneres láser, cámaras y antenas GPS que se comunican con el software de pilotaje.
“Cada vez que manejamos una milla o un kilómetro en la vida real, lo volvemos a simular mil veces más en la computadora cambiando cientos de parámetros”, explica Pierre-François Le Faou, uno de los responsables de desarrollo de Waymo, la empresa de conducción autónoma del grupo Alphabet, la casa matriz de Google.
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Waymo no está sola. Embark, una startup de tecnología de conducción autónoma, opera un carril de camiones entre Houston y San Antonio, mientras que Aurora abrirá tres terminales y una nueva ruta de 1.000 kilómetros en Texas este año.
En una muestra de lo competitiva que es la industria del transporte autónomo, ninguna de las tres empresas accedió a mostrarle siquiera uno de sus vehículos.
Legislación amistosa
“Creo que todos los que están en el negocio de los camiones autónomos están en Texas” , dice Srikanth Saripalli, director del Centro de Vehículos Autónomos y Sistemas de Sensores de la Universidad Texas A&M.
No es casual que las empresas elijan Texas. Ese estado tiene la mayor cantidad de camioneros y muchos ingenieros calificados, su clima soleado es óptimo para los sensores de los camiones y el vecino México exporta por carretera el 85% de sus productos a Texas.
Houston y Dallas son los principales centros y las extensión de Texas es ideal para el transporte de larga distancia.
Pero, sobre todo, la legislación local es favorable a los vehículos sin conductor.
Texas sancionó en 2018 una ley que esencialmente otorga a los vehículos autónomos el mismo estatus de los convencionales.
“Se requiere un seguro y respetar las reglas de tránsito, pero aparte de eso, Texas no impone ninguna otra regulación”, dice Saripalli.
Dada la vastedad del territorio de Estados Unidos y con el transporte por camión como una parte vital de su economía, las empresas ven en la conducción autónoma una forma de reducir costos y riesgos, ya que, a diferencia de los conductores humanos, los vehículos autónomos no se cansan ni requieren descansos obligatorios.
Mientras que a una persona le tomarían tres días conducir un camión de Los Ángeles a Dallas, un camión grande autónomo puede completar el viaje en 24 horas, estima la empresa Aurora.
Y el viaje sería casi el doble de barato. El costo por milla bajaría de US$ 1,76 a 0,96 si el camión se maneja solo, según la firma Embark.