Lee Jae-yong, vicepresidente de Samsung Electronics, está acusado de manipulación bursátil y abuso de confianza, además de otros cargos, al producirse en 2015 la fusión de otras dos subsidiarias del conglomerado, Samsung C&T y Cheil Industries, según indicaron los fiscales. Otros diez directivos de Samsung están igualmente imputados.
Lee y sus subordinados llevaron a cabo una “maniobra sistemática para tomar el control del grupo Samsung Group al menor coste”, afirma la fiscalía, implementando para ello “transacciones fraudulentas” que dañaron los intereses de otros accionistas.
Lee ya está siendo juzgado en otro proceso separado por soborno, malversación y otros cargos, en conexión con el escándalo de corrupción que acabó con la expresidenta surcoreana, Park Geun-hye. El empresario no ha sido detenido, pero los cargos a los que se enfrenta perjudican al inmenso conglomerado, que debe además hacer frente a los efectos de la pandemia del coronavirus.
Samsung Electronics es el buque insignia de las empresas subsidiarias del grupo, que fue fundado por el abuelo de Lee y que se ha desarrollado hasta convertirse en el mayor de los conglomerados familiares, llamados ‘chaebols’, que controlan muy buena parte de la industria y la economía de Corea del Sur, la 12ª mayor economía del planeta.
El conglomerado concentra el equivalente de una quinta parte del producto interior bruto surcoreano, y es un elemento crucial para la economía de este país asiático. La economía de Corea del Sur cayó un 3,2% en el trimestre en abril y junio, en términos anuales, según cifras revisadas del Banco central de Corea, divulgadas el martes.
Unilaterales
El equipo de abogados de Lee ha rechazado los cargos, considerándolos acusaciones de carácter “unilateral” y “totalmente falsas”. “Cada procedimiento para las fusiones fue llevado a cabo de forma legal”, alegan los abogados, y aseguran que la imputación contra Lee “no solamente es incomprensible, es lamentable”.
Las familias fundadoras de los ‘Chaebol’ suelen tener un participación menor en el capital de sus imperios, pero logran mantener el control sobre éstos gracias a una serie de complejas redes y participaciones cruzadas entre accionistas.
Lee era el mayor accionista de Cheil Industries, y sus críticos aseguran que Samsung intentó artificialmente rebajar el precio de la otra subsidiaria, C&T, para que obtuviera así una mayor participación en la entidad fusionada, esencial en la estructura del grupo Samsung, por lo que asentaría su poder en el conglomerado.
Los problemas legales de Lee pueden generar “incertidumbre” en la compañía y pueden suponer una “carga para la economía surcoreana en su conjunto”, afirma Kim Dae-jong, profesor de economía financiera en la Universidad Sejong de Seúl.
“El hecho de que tenga que ser sometido a un nuevo juicio, provoca nubarrones de incertidumbre y probablemente afecte los planes de inversión a largo plazo de Samsung” afirma el profesor a la AFP. Y con el país entero afectado económicamente por la pandemia, “el momento no es el mejor” agrega.