La misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) con colaboración de la NASA y una importante contribución española ha realizado ya su primer paso cercano al Sol, a aproximadamente la mitad de la distancia entre la Tierra.
Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter de la ESA, señaló al inicio de una rueda de prensa para presentar los primeros resultados que “nunca hemos estado tan cerca del Sol con una cámara” y este es “solo el inicio del épico viaje” de la sonda que en dos años llegará “incluso más cerca” de nuestro astro.
Entre los logros realizados ya por Solar Orbiter también destaca que ha trazado el primer mapa del campo magnético de nuestra estrella sin intervención humana y desde el espacio, gracias al magnetógrafo SO/PHI, instrumento coliderado por España.
El campo magnético solar es responsable de casi toda la actividad del Sol, desde las manchas a las tormentas solares o el viento solar, que es un flujo continuo de partículas energéticas que emite la corona solar. Las minuerupciones solares u “hogueras”, que fueron fotografiadas por la Cámara de Imagen del Ultravioleta Extremo (EUI), se ven por todas las partes en la estrella y son como parientes menores de las fulguraciones solares que pueden observarse desde la Tierra.
Los científicos aún no saben si son versiones minúsculas de grandes fulguraciones o si se deben a mecanismos diferentes, pero ya existen teorías de que podrían contribuir a uno de los fenómenos más enigmáticos del Sol: el calentamiento de la corona, según la documentación facilitada por la ESA.
Una misión llena de desafíos a los que se ha sumado la pandemia de coronavirus y el confinamiento, que obligó a hacer desde casa parte de las operaciones de su puesta en servicio en órbita, un proceso que, en circunstancias normales, requiere del trabajo conjunto de decenas de personas. El subdirector de Operaciones de la nave espacial Orbitador Solar, José Luis Pellón-Balión, indicó en la rueda de prensa que en principio estuvieron “preocupados” por esta situación " y que “fue difícil” , pero finalmente “funcionó bastante bien, mejor de lo esperado”.
La sonda, que ha entrado ya en fase de crucero, es la primera que ha tomado imágenes tan cercanas de la superficie de la estrella y, a lo largo de su misión, las conseguirá desde solo 42 millones de kilómetros. Aunque Solar Orbiter no será la misión que más se acerque al Sol, pues Parker Solar Probe de la Nasa, lanzada en 2018, llegará a algo más de seis millones de kilómetros, la gran diferencia es que la sonda europea dispone entre sus diez instrumentos de varias cámaras para mirar directamente a nuestra estrella como nunca antes.
Lanzada en febrero pasado, Solar Orbiter intentará responder a las grandes preguntas de la ciencia sobre el Sol, del que tomará las primeras imágenes de sus regiones polares.