Las entidades participantes incluyen a Mizuho Bank, Mitsubishi UFJ y Sumitomo Mitsui, que ya tienen sus propios proyectos en marcha de divisas digitales, y a la empresa ferroviaria JR East, que cuenta a su vez con una tarjeta magnética recargable para usar sus líneas, según recoge este miércoles el diario nipón Nikkei.
El objetivo sería desarrollar un sistema conjunto de pago basado en el extendido uso de dichas tarjetas magnéticas conocidas como “Suica”, de las que hay unos 80 millones de unidades en circulación en Japón, y que pueden emplearse para hacer pequeñas compras además de para abonar trayectos de tren o metro.
Por el momento se ha creado un grupo de trabajo con una decena de empresas que también incluye a los operadores de telecomunicaciones KDDI e IIJ y a la casa de cambio de criptomonedas DeCurret, que aportarían la tecnología necesaria para usar el “blockchain” o cadena de bloques como sistema de seguridad para la futura divisa digital, según Nikkei.
El Banco de Japón (BoJ) y la Agencia Nacional de Servicios Financieros también participarán como observadores en la iniciativa, la cual se espera que tome forma para el próximo otoño y sea presentada ante los reguladores competentes a partir de entonces, según dijeron fuentes próximas al proyecto al citado medio. Los sistemas de pago electrónico han crecido en popularidad en Japón gracias a la proliferación de nuevas aplicaciones para teléfonos móviles como PayPay, impulsada por el conglomerado tecnológico SoftBank, o RakutenPay, del gigante del comercio digital Rakuten.
De salir adelante, la iniciativa del consorcio de bancos nipones iría más allá al permitir transacciones directas entre cuentas bancarias y una “cartera digital” de yenes, sin mediación de una tarjeta de crédito ni de ingresos en metálico, como es el caso de las actuales aplicaciones para móviles o de la citada tarjeta Suica.
Japón se convirtió en 2016 en uno de los primeros países en regular las criptomonedas, monedas virtuales que entre otras cosas se caracterizan por ser descentralizadas y por su alta volatilidad, y desde entonces ha sido escenario de varios intentos de bancos nipones para desarrollar divisas de este tipo vinculadas al yen.