Según el portal Net Market Share, uno de cada cuatro ordenadores en el mundo sigue operando con Windows 7, pese a que Microsoft ya alertó hace un año de que a principios de 2020 dejaría de actualizar el sistema con nuevos parches a medida que se descubran potenciales ataques o debilidades en el software.
En una entrada en su página web, la compañía de Redmond (estado de Washington, EE.UU.) sugirió a quienes sigan usando Windows 7 que o bien actualicen su sistema operativo a uno más reciente si tienen un ordenador comprado hace menos de tres años o, en caso contrario, compren una nueva computadora.
En la práctica, y como ya ocurrió hace unos años con el popular Windows XP, dejar de ofrecer actualizaciones y apoyo técnico hará a quienes no cambien a un nuevo sistema operativo más vulnerables a posibles virus, troyanos o ataques por parte de “hackers”.
Según los datos más recientes de diciembre de 2019, más de la mitad de los ordenadores de sobremesa o portátiles en el mundo tienen instalado Windows 10, la última versión del sistema operativo, pero un considerable 26,62 % siguen usando Windows 7.
El resto lo componen fundamentalmente usuarios de ordenadores Mac con sistemas operativos de Apple, de Windows 8 y 8.1 (unos sistemas intermedios entre el 7 y el 10 que nunca gozaron de gran popularidad), Linux y un 2 % de usuarios que se resisten a abandonar Windows XP, pese a que Microsoft ya no ofrece apoyo para este software desde hace cinco años.
Según los medios especializados, la razón fundamental por la que tantas personas siguen usando Windows 7 es la satisfacción general de los usuarios con este sistema operativo, así como la mala acogida que Windows 10 tuvo en un primer momento entre parte de los clientes.
Pese a dejar de ofrecer asistencia técnica para Windows 7 al público en general, Microsoft seguirá dando apoyo a aquellas empresas y agencias gubernamentales que lo deseen y que estén dispuestas a pagar una gran cantidad de dinero por ello.
Además de hacer al sistema más vulnerable ante posibles ataques, dejar de prestar apoyo a un sistema conlleva, en la práctica, su progresiva desaparición del mercado, ya que otras compañías dejarán de fabricar productos compatibles con Windows 7, como por ejemplo navegadores de internet o programas de edición de vídeo y fotos.