Cuando se trata de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) contra Paraguay, la escuela (neo) liberal defiende a las burguesías de los países vencedores, y el «revisionismo», a las burguesías del país derrotado, de modo que la ultraderecha colorada y la izquierda reformista se santiguan por igual –nos dice este artículo del historiador Ronald León Núñez– «ante el altar del oligarca Solano López».
El presidente Santiago Peña debe esclarecer y demostrar con evidencias su grave acusación de que el anterior gobierno le hizo perder 1.000 millones de dólares al país mediante actas secretas con Brasil en Itaipú. No lo dijo cualquiera, lo dijo el Presidente de la República del Paraguay, y no lo dijo en cualquier sitio, sino en un acto formal y solemne, nada menos que en su informe anual ante el Congreso de la Nación. Además, Peña también debe aclarar los puntos oscuros que han ido aflorando de su propio acuerdo del 16 de abril y qué compromisos no escritos se han asumido a cambio de obtener una pequeña concesión brasileña en forma de reparto de “fondos sociales”.
Setenta y cinco días después de que los gobiernos de nuestro país y del Brasil definieran las “directivas” sobre la entidad binacional Itaipú, destacadas en siete puntos nada se sabe del Anexo C. A pesar de que en su último párrafo, con una presentación diferente, incluye el compromiso de los gobiernos de “concluir” la revisión de dicho anexo del Tratado antes del 31 de diciembre de este año, el Poder Ejecutivo se llamó a silencio sobre el mandato del numeral VI de esta parte del Tratado.
No era tan sencillo, tampoco muy expeditivo como lo pintaron. Nos referimos a las “directivas relacionadas con la energía de Itaipú” que el gobierno paraguayo dio a conocer el jueves 9 de este mes.
La Campaña Itaipú Causa Nacional y el Ing. Ricardo Canese, jefe del equipo negociador del pliego de seis reclamos que el gobierno de Fernando Lugo presentó a su par brasileño en 2008/2009, en sentido contrario al casi eufórico triunfalismo oficial -y extraoficial- ante los resultados del “Entendimiento entre el Paraguay y el Brasil sobre directivas relacionadas con la energía de Itaipú binacional”, en un extenso trabajo que divulgaron la última semana, explican por qué el gobierno de Santiago Peña traicionó a la patria y violó el Tratado de Itaipú y la Constitución Nacional.
El Gobierno de Santiago peña, en las recientes negociaciones con su par brasileño, debió exigir un mínimo de cuatro puntos, advierte el Ing. Ricardo Canese y la Campaña Itaipú Causa Nacional, en una evaluación que publicaron doce días después de que la prensa accediera a una deficiente copia del “Entendimiento entre el Paraguay y el Brasil sobre directivas relacionadas con la energía de Itaipú binacional”.