La llegada de las lluvias y las bajas temperaturas vuelven a poner en el tapete la triste realidad de miles de escuelas y colegios públicos a lo largo y ancho del país. Pasa en todos lados y no son excepciones. En Asunción, la comunidad educativa de 16 instituciones espera el inicio de obras que ya fueron adjudicadas a la empresa Engineering, pero nunca arrancan; en la escuela Teniente Fariña de Caacupé, minada de termitas, el director hubo de renunciar, o en la escuela Mbokajaty Sur de Itauguá los alumnos se ven obligados a refugiarse en la galería, porque no tienen aulas. Estos son apenas tres ejemplos publicados por nuestro diario en los últimos días, que reflejan una realidad penosa de la que no se salva ningún departamento.