Los sueños lúcidos son aquellos en los que el soñador es consciente de que está soñando. Esta capacidad de reconocimiento permite a la persona controlar ciertos aspectos de la narrativa del sueño, lo que no solo abre un mundo de posibilidades para la exploración personal, sino que también ofrece implicaciones terapéuticas prometedoras.
Un joven de 18 años se instala todos los sábados al costado de una avenida a vender sopa y chipa guasu, actividad que le permite costear sus estudios y pelear por sus sueños.
Empezamos el año llenos de ímpetu y fuerza para lograr nuestras metas y objetivos, pero con el correr de los días, vas notando que pierdes fuerza, y que conforme van pasando, te encontras en el mismo punto en el que años anteriores te habías propuesto cambiar. ¿Te pasa? pues sucede más a menudo de lo que creés.
Nilson Aquino, de 28 años, está a punto de recibir su título de Ingeniero Agropecuario en la Universidad Nacional de Pilar (UNP) gracias a su emprendimiento denominado “Agrovida”. Hace cinco años se dedica al cultivo de hortalizas y sandías. Rápidamente la producción de verduras le dio buenos resultados económicos, por lo que decidió implementar nuevas técnicas con distintas variedades de hortalizas. El joven, a través de su conocimiento en el área, logró una producción durante todo el año y abasteciendo en el mercado local.
La representación arquetípica más común para la imagen de las serpientes en los sueños es “La traición”.
Para llegar al estado de sueño profundo, el cuerpo y la mente experimentan diversas franjas de relajación, una más profunda que la otra, hasta que estamos completamente dormidos y se producen los sueños y demás procesos propios de la actividad de dormir.