Esgrimiendo el artículo 35 de la Ley de Semillas, 385/94, que faculta al uso propio, la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Cereales del Paraguay (APS) insta a sus asociados a “piratear la tecnología de Monsanto y a no firmar un convenio para el cobro por la nueva tecnología RR2 por volumen de cosecha. “En Paraguay el agricultor puede hacer semillas propias para utilizar o vender como alimento o materia prima, no para reproducción comercial de semilla. Vender bolsa blanca como semillas es un crimen previsto en la propia ley (según acta de la UPOV de 61, alternadas entre 61, 72 y 78)”, argumenta la APS, presidida por Karsten Friedrichsen, lugar que hasta hace poco ocupaba el actual presidente del Senave, ingeniero agrónomo Regis Mereles.