Lo acontecido con el albañil Miguel Denis, el lunes de la semana pasada, cuando dos bandidos asaltaron su vivienda y se robaron sus ahorros de años que estaban destinados a una intervención quirúrgica de uno de sus hijos, un niño de 10 años de edad, puede calificarse como un despojo en dos actos.
El ministro de Salud, Julio Borba, afirmó este jueves en Concepción que Paraguay alcanzó la cantidad mínima de camas de terapia intensiva recomendada por la Organización Mundial de la Salud para los países, es decir, al menos el 1% de su población. Pese a que muchos se quedaron sin una unidad y hasta fallecieron de COVID al no poder acceder a una de ellas en el pico de contagios de la pandemia, hace cerca de dos meses, el titular del MSP resaltó el crecimiento del sistema de salud y dijo que “la historia nos dará nuestro lugar”.
Durante su gira este martes por el departamento de Misiones, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, aseguró que uno de los principales legados de su administración será el fortalecimiento inédito del sistema sanitario. Recordó que antes de su Gobierno solamente dos departamentos, fuera de Capital y Central, tenían camas de Terapia Intensiva que eran Alto Paraná e Itapúa.
Cuando allá por el 10 de marzo en una Cumbre de Poderes, Mario Abdo anunciaba “medidas drásticas” para contener el avance del Covid-19, el argumento era dar tiempo al Ministerio de Salud para equiparse. Sin embargo, casi un año después, con una deuda gigantesca en la espalda de todos los paraguayos, los más vulnerables están sufriendo la consecuencia de una evidente mala gestión de los recursos.
El Dr. Roque Silva, director de la Undécima Región Sanitaria de Central, sostuvo que el ritmo de contagios en el departamento es de 400 a 450 personas por día y que el servicio de terapia intensiva se encuentra saturado, al límite del colapso. Aseguró que la gente ya no se cuida y participa de reuniones sin tomar las medidas de seguridad sanitaria que se recomiendan y afirmó que así “ni con 3.000 camas” se podrá vencer al COVID.
Al igual que Bianca, existen más de 40 niños que padecen atrofia muscular espinal (AME) en nuestro país y están a la espera de poder recibir un tratamiento que les garantice una mejor calidad de vida, o incluso salvarla. Desde la Asociación de Familias con Atrofia Muscular Espinal Paraguay (Afame-Py) lamentan la situación del sistema de salud pública.