28 de diciembre de 2025
¿Tiene lógica lo que estamos asegurando y cómo lo estamos asegurando? Ante esta pregunta, el sentido común es la primera línea de defensa. Un posible asegurado solicitó una propuesta de seguro para un pequeño restaurante con una suma asegurada muy superior a su valor real. El suscriptor notó esa discrepancia y su criterio o sentido, sumado a su vasta experiencia, le daban señales de que algo no estaba encajando. La primera pregunta vuelve a ser la misma: ¿Por qué alguien aseguraría un riesgo por dos veces su valor real? La revisión posterior reveló señales de alerta: problemas financieros del restaurante y un historial de reclamaciones dudosas. El sentido común activó un análisis más profundo que ningún algoritmo habría detectado. La póliza por supuesto no se emitió. Y semanas después, otra compañía sufrió un siniestro en ese mismo local.
Cada historia tiene un punto de origen, un comienzo, un punto de inflexión, un instante decisivo que marca el inicio de algo trascendente. En el universo del seguro ese instante le podemos dar el nombre simbólico de el Big Bang del seguro. Es el momento en que el individuo –movido por la reflexión, la experiencia vivida o simplemente el instinto de supervivencia– toma conciencia del riesgo y decide protegerse frente a él. No se trata de una simple transacción económica o algo puramente material, sino de un acto profundamente humano: el despertar de la conciencia de vulnerabilidad y la elección deliberada de buscar su seguridad y la de los suyos.
La contaminación del medioambiente es un problema que se hace cada vez más visible. Los daños ecológicos causados por la contaminación, sea esta del aire, del agua, o del suelo, pueden originar desembolsos de altísimas sumas de dinero que se deben invertir si se quiere retrotraer la situación a la existente antes de la ocurrencia del daño contaminante. Por ejemplo, un derrame de combustible en la costa del río o un vertedero de sustancias tóxicas en las aguas que abastezcan las necesidades de una población, o en la acción de los residuos procedentes de refinerías o industrias químicas en los suelos agrícolas aledaños, etc., son situaciones que en algún momento las hemos tenido o se están registrando en algún punto del país.
En el primer congreso nacional de peritos tasadores de seguros celebrado en Barcelona, en marzo de 1982, se definió muy bien la figura del perito como “... aquella persona física experta y legalmente capacitada en cuanto al estudio, clasificación y evaluación de los riesgos, a la prevención y reconstrucción de los siniestros, determinando sus causas y circunstancias, a la tasación de los daños y a la determinación de la propuesta de las indemnizaciones en base al contrato de seguro que ampare los bienes siniestrados...”.
Dentro de la cobertura de incendio y todo riesgo operativo aparece la cobertura delimitada de interrupción del negocio o llamado también pérdida de beneficios. En un entorno empresarial cada vez más volátil, donde lo inesperado puede paralizar las operaciones en cuestión de horas, el seguro de interrupción del negocio se alza como una herramienta financiera crucial, indispensable para la continuidad y supervivencia de cualquier empresa. Más que una póliza adicional, es un salvavidas que garantiza que tras un siniestro cubierto, el flujo económico de la compañía pueda restablecerse, minimizando el impacto financiero de la paralización.
La evaluación de riesgos en seguros es el proceso que utilizan las aseguradoras para identificar, analizar y cuantificar la probabilidad y el impacto de futuros siniestros o eventos adversos que pueda sufrir el asegurado. Es lo que se da en llamar proceso de suscripción. Es fundamental este análisis para determinar las primas que se cobrarán y las condiciones de cobertura. Para poder evaluar el riesgo es necesaria la información, es decir los datos del cliente o del bien a asegurar. Luego los factores que puedan incidir en el riesgo como la probabilidad de ocurrencia y gravedad de un posible siniestro, el capital a asegurar, su duración, la localidad y riesgos colindantes, las medidas preventivas, como alarmas, sistemas anti-incendios, monitoreo remoto o controles (para bienes) o las actividades que realiza, estado de salud etc. (para personas).