Acostumbro leer noticias energéticas foráneas ya que aquí todo es “Joia con los mi$mos”, para deducir “Ad Referendum con IA” que se nos viene en el tema Eléctrico ante la falta de Políticas Públicas, camino al New Desarrolli$mo. Esta misma semana, leía de medios brasileros que el presupuesto 2025 de la Cuenta de Desarrollo Energético (CDE) prevé que todos los consumidores pagarán R$ 40,6 billones en subsidios al sector eléctrico en sus facturas. Este valor creció un 9,2% en comparación con los R$ 37,2 billones cobrados en 2024. El CDE es como un superfondo que cubre los subsidios en el sector eléctrico y es pagado por los consumidores a través de sus tarifas eléctricas mensuales.
Continúo viendo en las tapas de los diarios que supuestos especialistas del sector energético (¿?) siguen dando a nuestra gente la falsa expectativa que vendiendo la energía excedente paraguaya de Itaipú a precio de mercado podemos recibir miles de millones de dólares. Antes de entrar en detalles, afirmo, y que me desmientan los especialistas, en el Brasil no existe precio de mercado, luego, cómo se va a vender a ese precio.
En las conclusiones del trabajo publicado en las tres ediciones anteriores del Suplemento Económico, el autor se refirió a tres puntos: el primero, cómo tratar de minimizar los efectos de la crisis energética; el segundo, una propuesta para expandir los beneficios de la energía eléctrica a todo el país y, finalmente, la construcción de un polo industrial trinacional cercano y con participación de nuestros dos gigantes vecinos fronterizos.
La propuesta es realmente ambiciosa, para tratar razonablemente al sistema energético nacional deberíamos incluir a todos sus componentes, tanto en planeamiento, como en estructuras y gestión; además, referirnos a mercados, producción, transmisión, distribución y comercialización. Concordarán conmigo que ello podría exigir la elaboración de un extenso libro para todos sus detalles, especialmente si se pretende incluir al pasado, presente y futuro.
El marco legal internacional que regula los aspectos del cambio climático está configurado por tres acuerdos internacionales fundamentales: la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) de 1992, el Protocolo de Kyoto de 1997 y el Acuerdo de París de 2015. Todos estos acuerdos internacionales fueron ratificados por el Paraguay, y en consecuencia, forman parte del ordenamiento jurídico paraguayo.
El Ministerio de Hacienda y CAF -Banco de Desarrollo de América Latina presentarán el próximo lunes 22 el informe “Evaluación y Planificación del Sector Energético de Paraguay”, según anunció este viernes la cartera económica.