El miércoles pasado se produjeron dos hechos que tienen por protagonista la reserva forestal del San Rafael, un área con unas 78.000 hectáreas de bosque nativo cada vez más raleado por la acción del hombre.
La única fuente segura de agua en el Chaco central, pasando el Puente Remanso, es el agua de lluvia. Agua que de tanto en tanto cae regando la fe de los ciudadanos que atrevidamente dejamos en este árido territorio nuestro trabajo y nuestras esperanzas. Por lo demás, rimbombantes proyectos como el acueducto del Chaco que desperdició más de US$ 150 millones no fueron más que un agujero para perder dinero; un agujero tan grande como el realizado en la expectativa del pueblo chaqueño que inmerecidamente debe seguir aguardando del cielo la solución para calmar su sed.
A través de sus distintas unidades de negocios, el Grupo Yaguarete fomenta la producción sostenible, el consumo responsable y la economía circular, en su firme compromiso con el cuidado del medioambiente.
Alto Paraná es uno de los departamentos más productivos del país. Sus recursos naturales, su colorada y fértil tierra, además de su ubicación estratégica en la Zona de Triple Frontera (ZTF) la convierten en una codiciada zona para invertir, para vivir y, lastimosamente, también para delinquir.
Dentro del ámbito económico, resulta emergente una interacción con el grado de importancia que trasciende desde los diversos rubros del sector económico-empresarial, y ante los diversos bienes jurídicos consagrados en el entorno legal que pueden ocupar implicancia nociva e interactuar ilícitamente con el orden económico. Ello, a raíz de aquellos hechos punibles contra las bases naturales de la vida humana, como ser, el ensuciamiento y alteración de las aguas, la contaminación del aire y emisión de ruidos dañinos, el maltrato de suelos, el procesamiento ilícito de desechos, el ingreso de sustancias nocivas en el territorio nacional, y el perjuicio a reservas naturales, entre otros.
El turismo interno está pasando por un buen momento a nivel país. Las posadas, hospedajes y hoteles están mayormente ocupados, lo que denota la alta demanda. Para un país como el nuestro y más específicamente en el Alto Paraná, el turismo puede sostener en gran medida la economía de la región, sin embargo, hay mucho por hacer.