En más de un sentido, los legisladores paraguayos son ciudadanos de primera, pues el común de sus compatriotas está bien lejos de gozar de sus diversas prerrogativas. Se comprende que tengan la inmunidad que impide detenerlos, salvo que sean hallados en flagrante delito que merezca pena de prisión, aunque tiendan a convertirla de hecho en impunidad, mediante el uso indebido de influencias en el Ministerio Público y en la judicatura, y también tienen por costumbre instalar ilegalmente a sus allegados en un cargo público. La cuestión es que sus privilegios van mucho más allá de los fueros. Pero el buen pasar de nuestros legisladores, cuyas decisiones legislativas muchas veces tienden más a beneficiar a sus allegados y a sí mismos, no termina para ellos una vez que se ven obligados a dejar sus bancas. En efecto, se han adjudicado una envidiable jubilación de privilegio, tanto ordinaria como extraordinaria, que vulnera el principio de igualdad ante las leyes.
En estos tiempos tan difíciles, resulta aun más afrentoso e indignante que quienes ejercen altos cargos en la función pública gocen de una serie de privilegios presupuestados a costa del contribuyente. Aparte de que cobran unos sueldos envidiables por trabajar poco y mal, de que viajan al exterior para asistir a eventos realizados en centros turísticos, sin ningún aporte para el pueblo que financia esos viajes, de que cuentan con protección policial personalizada o de que tienen un seguro médico privado de primer nivel, disponen de unos generosos cupos de combustible, de los que hacen uso con toda discrecionalidad, dado el descontrol reinante.
Los políticos han convertido a la política en un mundo de hipocresías. En un juego en que todo se finge. Los hipócritas fingen pensar en los demás cuando solo piensan en sí mismos; fingen trabajar para la sociedad cuando solo hacen electoralismo; fingen “escuchar al pueblo” cuando lo que dice el pueblo les importa un rábano.
Una familia trabajadora del departamento de Caaguazú cuenta el calvario que tuvo que pasar por no tener privilegios, cuando a pesar de ser asegurados de IPS tuvieron que ir al Brasil para que su hija reciba un trasplante de médula. El Estado brasileño hizo más por ellos que el paraguayo.
Los influyentes gremios empresariales de nuestro país (Asociación Rural, Unión Industrial, Federación de la Producción, Industria y Comercio, Cámara de Comercio y Servicios, Cámara de Anunciantes, y algunas otras) no aglutinan a todos los empresarios del Paraguay sino a una pequeña parte de ellos.
El Ministerio de Justicia dispuso el cambio del director de la Penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero. No se dieron a conocer los motivos del traslado, pero ocurre llamativamente luego de que se hayan viralizado en las redes sociales fotos de un recluso tomando bebidas alcohólicas.