Sobre el lenguaje y la literatura y Harold Pinter, sobre Shaban al-Dalou y Toshiyuki Mimaki, sobre hibakushas y novelistas surcoreanas, sobre genocidios y premios Nobel, sobre eufemismos y silencios, sobre la mentira y la verdad, sobre Gaza e Hiroshima.
“La figura y poesía de Montserrat Álvarez me interesan sobremanera”, expresa el artista Armando Andrade Tudela en el catálogo de su exposición, que se exhibe actualmente en Carreras Mugica, la mayor galería de arte del País Vasco, España.
Esta es la historia de un 6 de enero en el que muchos niños pobres que se habían ido a la cama tristes y sin esperanzas encontraron regalos de los reyes magos al despertar.
Alejandra Pizarnik nació en 1936 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, hija de inmigrantes de Rivne (en la actual Ucrania), estudió en la Escuela Normal Mixta de Avellaneda e inició y abandonó carreras de Periodismo, Letras y Filosofía en la UBA y de pintura en el taller de Batlle Planas. Sobre su poesía, inscrita en la corriente surrealista-existencialista de la posvanguardia de la segunda mitad del siglo XX, escribe Sergio Di Bucchianico.
En 1973, el joven escritor colombiano Andrés Caicedo viajó a Estados Unidos para llevarle sus guiones de cine a Roger Corman. ¿Qué habría sucedido si lo hubiera encontrado?
«El trabajo de Caicedo es la obra de un romántico, un maldito. No quiere traspasar las fronteras de la juventud, siente que está alcanzando la madurez y se niega a ser parte de un país de viejos, pues sabe que esa dictadura senil excluye la vida y preserva un orden», escribe Ariel Stieben sobre el poeta colombiano Andrés Caicedo (1951 - 1977), aquel que decidió que «vivir más de veinticinco años era una insensatez». Desde Buenos Aires, en exclusiva para los lectores de El Suplemento Cultural.