Uno de los grandes aprendizajes que logramos cuando niños es vestirnos solos. Este acto, que nos acompañará cada día por el resto de nuestra vida, no solo nos proveerá protección y abrigo, sino que nos describirá y situará socialmente. Realmente, ¿nos vestimos como somos o seguimos ciegamente patrones de moda, tendencias únicas?
Aunque los trastornos de la personalidad son áreas de la psicología y psiquiatría, hoy más que nunca el docente debe contar con más herramientas informativas para el mejor desempeño de su labor.
Hay niños que están buscando todo el tiempo la aventura. Otros, se esconden detrás de las piernas de mamá ni bien ven una cara desconocida. Cada niño tiene su temperamento, y pueden sorprender hasta a sus propios padres.
Las remeras y los pantalones, quizás, no sean muy importantes para algunas personas. Sin embargo, se debe ser consciente de que, a veces, la vestimenta revela parte de lo que hay dentro de cada uno, pues una ropa cobra vida cuando se trata de expresar.
La mayoría de los dueños de mascotas aseguran que su perro lo entiende o que saben cuando su gato está malhumorado. Entre tanto, hay una serie de estudios que confirman estas impresiones: los animales, al igual que los seres humanos, tienen personalidad.
La personalidad en la adolescencia cambia rotundamente y es una etapa clave en la formación de la identidad. En ocasiones, los padres se muestran sorprendidos con el cambio que presenta su hijo; sin embargo, el buen diálogo y el ejemplo lo ayudarán en este período de la vida.