MADRID. Un equipo internacional de científicos ha comprobado, en un estudio realizado en ratones, que la terapia con células madre protege frente a la progresión del párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más común y extendida del mundo.
MADRID. No se ven a simple vista pero están en todas partes, desde el agua que bebemos al aire que respiramos. Los científicos han constatado la presencia de plásticos microscópicos en prácticamente todos los rincones del cuerpo humano, incluido el cerebro. Esto es lo que se sabe hasta ahora de su impacto:
Partículas minúsculas de plástico se han encontrado en el torrente sanguíneo humano o en la sección más profunda de los pulmones. Un nuevo estudio ha identificado ahora que los nanoplásticos pueden interactuar con una proteína concreta que se encuentra en el cerebro, creando cambios relacionados con el párkinson.
Un hombre en un estado avanzado de la enfermedad de Parkinson recuperó casi totalmente la capacidad de caminar gracias a electrodos implantados en su médula espinal, informó un grupo de investigadores.
El Párkinson es una enfermedad neurodegenerativa, una de las más frecuentes después del Alzheimer. Se caracteriza por temblor de las extremidades en reposo, rigidez, lentitud en los movimientos, cambios en la expresión facial, posturales, cambios de la voz y problemas para deglutir.
Hoy es el Día Mundial de la Enfermedad de Párkinson, que suele presentarse después de los 55 y más años con síntomas tan diversos como estreñimiento, rigidez en las articulaciones, problemas de sueño, depresión y el característico temblor. En Paraguay existen medicamentos que deben ser controlados por un neurólogo.