La exposición a la luz azul se ha convertido en una parte integral de la vida moderna, especialmente con el aumento del uso de dispositivos digitales como teléfonos móviles, tabletas y computadoras. Aunque la luz azul es una parte natural de la luz del día, la exposición prolongada a fuentes artificiales puede tener un impacto negativo en la salud.
MADRID. Los menores pasan fuera de las aulas unas cuatro horas diarias -el equivalente a dos meses al año- conectados a las pantallas, donde triunfan entre ellos las redes sociales como Tik Tok frente a las aplicaciones de comunicación como WhatsApp.
La mayor parte de la población es multidispositivo e interactúa diariamente con varios equipos y pantallas a la vez (móviles, portátil, tabletas, etc.), entre las que nunca falta el ‘smartphone’, por el que suelen optar para descansar de otros paneles, como puede ser el ordenador del trabajo.
En un aula un alumno bosteza, otro cabecea y otro más directamente apoya una mejilla sobre los brazos cruzados y duerme. Los docentes reportan cada vez más casos de chicos aletargados en horas de clase. Es parte de un fenómeno se conoce como “vamping”. El director de Ciberpadres Latinoamérica, Miguel Ángel Gaspar, redactó un hilo en su perfil de Twitter en el que se explaya acerca de la preocupación por el exceso de sueño que tienen muchos niños en aula.
Las pantallas plegables, propias de los móviles de última generación, llegan ahora al mundo de la moda de la mano de Louis Vuitton que comercializará en 2020 un bolso conectado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó consejos sobre actividad física para menores de 5 años e instó a pasar menos tiempo ante las pantallas y más jugando. Difundió una lista de buenos hábitos para un periodo crucial de la vida.