La ciudad de Nueva York da para todos los géneros en la literatura y el cine: el pasado 4 de diciembre, al amanecer, el consejero delegado de la compañía de cobertura médica United Healthcare moría a balazos en una céntrica avenida de Manhattan. Se trataba de Brian Thompson, un ejecutivo de 50 años que en el momento del crimen se dirigía a una reunión con inversionistas.
Disculpame por favor, ayer se me pasó totalmente devolverte la llamada. Es que estaba muy ocupada comentando con mis colegas nuestro reciente viaje a Estados Unidos… una maravilla querida, una maravilla, para más no pagamos ni un centavo… fuimos entre 15, nos dijeron que nos íbamos para observar las elecciones presidenciales… sí, vimos por televisión en un yate a todo lujo… no te cuento todo lo que comimos y bebimos…
¿Es moralmente lícito que niños europeos se diviertan jugando a indios y vaqueros, o se trata de un caso de apropiación cultural? La estética de las máscaras africanas en el cuadro de Picasso «Las señoritas de Avignon», ¿es apropiación u homenaje? ¿Qué ocurriría si todas las sociedades dejaran de apropiarse recíprocamente de sus productos artísticos, musicales, culinarios…? Este artículo del periodista español Luis Carmona aborda uno de los debates culturales más candentes y delicados del momento.
En su cuento Funes el Memorioso, Jorge Luis Borges describe a un extraño personaje que tiene la particularidad de no olvidarse de nada: puede precisar cada detalle, color, sensación, elemento, rostro que vio desde la aparición de aquel don. Lo que para muchos sería un superpoder, para Funes resulta desesperante.
Recuerdo que invité a Benjamín Fernández Bogado a “Mesa” hace exactamente cuatro años y días para comentar el fraude electoral que impidió la reelección de Donald Trump en 2020.
Nunca olvidaremos el asesinato de nuestro compañero Pablo Medina, en octubre del 2014. La mañana del velorio, ataviada de pantalón negro y camisa blanca llegó a la humilde casita del velorio su correligionaria la diputada norteña cartista Cristina Villalba. Simuló un par de lágrimas mientras abrazaba a los familiares, se paró al lado del cajón, se persignó, caminó en medio de todos nosotros y se fue.