23 de noviembre de 2024
Lo más tenebroso de observar desmoronarse a pedazos el sistema de salud del Instituto de Previsión Social (IPS) no es solamente atravesar el horror de ver a seres humanos tratados como animales o como trastos viejos de algún depósito: amputaciones erróneas, tratamientos oncológicos equivocados o pacientes ingresados para procedimientos sencillos y que salieron muertos. Cirugías rutinarias que terminaron con fallecidos, faltantes de medicinas, equipamientos médicos sin funcionar, turnos para consultas imposibles de agendar o con eternas esperas.