El presidente Santiago Peña tuvo que oír ayer en Caacupé el grito desesperado de un ciudadano que le dijo: “El pueblo llora sangre, presidente. No hay remedio en el hospital, están robando todo”. Dos días antes, el sacerdote Blas Arévalos, administrador apostólico de la diócesis de Villarrica, lamentó en su homilía que los nosocomios estén “muy desprovistos para dar respuesta a los enfermos”. Los generalizados reclamos de los pacientes y sus familiares son constantes, sin que el Gobierno dé muestras serias de que esté intentando subsanar una situación calamitosa. Es cierto que este estado de cosas viene arrastrándose desde hace largos años y que no empezó en agosto de 2023, pero pasó más de un año sin que ni siquiera haya sido paliado, por lo que el aumento de la impaciencia ciudadana resulta comprensible. La indignación subió de tono por los derroches y privilegios que se autoconceden las altas autoridades del Gobierno y sus allegados, entre ellos los conocidos “nepobabies”, todos los cuales “están mejor”.
Al Hospital General de Villa Elisa concurre una enorme cantidad de pacientes, incluso de otras ciudades, en busca de atención médica. Si bien destacan la buena atención, cuentan que hay faltante de medicamentos que son muy costosos a la hora de comprarlos en forma particular. Tampoco se hacen algunos estudios de diagnóstico básicos, como la mamografía.
No resulta raro que parturientas y otros enfermos del Alto Paraguay sean traídos a la capital desde estos lugares distantes de Asunción, o llevados a Concepción o Pedro Juan Caballero para ser atendidos. Familiares de pacientes del Ineram denuncian falta de medicamentos para terapia intensiva. Un paciente llegado de Vallemí al hospital de Mariano Roque Alonso para consultar con un urólogo, no encontró lugar de buenas a primeras. Este mes se ha venido promocionando profusamente el Octubre Rosa, que se dedica a la lucha contra el cáncer de mama. Pero ocurre que en los sanatorios y hospitales públicos del país solo existen 24 mamógrafos operativos: en los departamentos de Amambay, Concepción, Boquerón y Alto Paraguay no hay ninguno. Mientras esto y más ocurre, nuestros “honorables” legisladores quieren volver a tener su seguro médico vip, además de recibir cinco millones de guaraníes para combustibles.
El doctor Jesús Irrazábal, jefe de Urgencias Pediátricas del Hospital Nacional de Itauguá, alertó que el centro asistencial de cabecera del departamento Central tiene “stock cero”, en una larga lista de medicamentos e insumos. El médico reconoció que la situación es insostenible y que los que la responsabilidad es del Poder Ejecutivo.
El calamitoso estado de la salud pública tiene aristas diversas, algunas de las cuales resultan simplemente bochornosas. No se trata solo de que falten medicamentos, insumos, equipos, personal “de blanco” o instalaciones adecuadas, sino también de que los nombramientos de las diversas autoridades sanitarias suelen ser desatinados, como ocurrió hace pocos días en el Incan, donde el director designado renunció de inmediato. Un consejero del IPS cuestionó que se realicen obras en hospitales en el interior del país, porque las mismas no redituarían en la imagen de las autoridades del ente. El Círculo Paraguayo de Médicos cuestionó al superintendente de Salud, doctor Roberto Melgarejo, por haber supuestamente presentado documentos no auténticos para participar de un nuevo concurso. Ni hablar de las protestas de la gente por el mal estado de los hospitales del país. En estas condiciones, no servirá de mucho destinar más dinero a la sanidad, mientras su administración esté en manos de ineptos, de deshonestos y de insensibles.
NUEVA DELHI. La Autoridad Central de Control de Drogas de la India emitió este jueves una alerta sobre más de 50 medicamentos vendidos en el país que incumplen los estándares de calidad.