24 de abril de 2025
A partir del golpe del ‘89, las marchas y manifestaciones populares, antes proscriptas por el régimen, fueron legalizadas en Paraguay. De la mano con esto, se crearon los mecanismos correspondientes para que se llevaran adelante en forma ordenada y pacífica, respetando así los derechos de todos los ciudadanos, tanto participantes de las mismas como no. Y esto, en mayor o menor medida, se viene respetando bastante bien.
En estos días se recuerdan los 25 años del denominado “Marzo paraguayo”, hecho en el que se produjo la muerte del entonces vicepresidente de la República, Luis María Argaña, como así también de siete jóvenes y la renuncia del que era presidente de la República, Raúl Cubas Grau. La histórica jornada tuvo un alto componente político, en el que uno de los protagonistas fue el colorado Lino César Oviedo.
Luego de 25 años del conocido Marzo Paraguayo, familiares de mártires siguen recordando esa fecha con tristeza y patriotismo. Gladys Bernal, madre de uno de los fallecidos, señaló que recuerda perfectamente ese 26 de marzo de 1999 y lamentó la situación actual de la justicia.
Madres, familiares y amigos de los mártires del Marzo Paraguayo de 1999 no lograron ingresar a la Plaza de Armas, lugar donde están erigidos monumentos en honor a quienes perdieron sus vidas durante las protestas desencadenadas por la crisis política de la época.
Fue un día miércoles 23 de marzo de 1999 cuando ocurrió el magnicidio de Luis María Argaña, en plena capital del país. Ese hecho desató el inicio del denominado “marzo paraguayo”, que culminó con la muerte de varios jóvenes y sentó en el sillón presidencial a Luis Ángel González Macchi.
En la noche del 26 de marzo de 1999 miles de jóvenes se volcaron a las calles exigiendo la destitución del entonces presidente de la República, Raúl Cubas Grau, quien afrontaba un juicio político y era cuestionado por el magnicidio del vicepresidente, Luis María Argaña. Cubas, aferrado a su cargo, buscaba estrategias para evadir la decisión del Congreso mientras la ciudadanía exigía su salida. En medio de las protestas, un grupo de francotiradores disparó contra los manifestantes, siete de los cuales perdieron la vida.