5 de noviembre de 2024
No importa la distancia o el sol que brilla y se siente en la piel, los peregrinos van junto a la Virgen de Caacupé, renovados en espíritu y fortaleza, porque quieren darle gracias después de dos años de pandemia. Con una imagen en los brazos o cargando una cruz de madera, quieren llegar a ella, caminando kilómetros para seguir con salud y que a nadie le falte el pan y el trabajo.