Los dos anteproyectos de ley que se tramitan en el Congreso, “Que regula el fomento, generación, producción, desarrollo y la utilización de energía eléctrica a partir de fuentes de energías renovables no convencionales no hidráulicas” (propuesta del senador Edwin Reimer), y la que “Que concede y regula la distribución y comercialización de energía eléctrica de la ANDE, a favor de las Cooperativas Chortizer Ltda., Fernheim Ltda. y Neuland Ltda., para el Chaco Paraguayo” (propuesta de los senadores Fernando Facetti, Juan Afara, Miguel F. Rodríguez y Patrick Kemper), ciertamente podrían generar expectativas entre los usuarios que ansían un mejor servicio, en el mundo empresarial la esperanza de canalizar inversiones que podrían provenir de cualquiera de los continentes. Pero ciertamente para que todo ello fuera cierto, los anteproyectos de leyes deberían adecuarse a un nuevo modelo del sector eléctrico, que realmente sea capaz de impulsar nuevas fuentes de generación a partir de fuentes renovables, tal como ilusiona el título del primer anteproyecto de ley citado.