Que alguien le cuente al senador de Cruzada Nacional José Oviedo, y a quienes apoyen su proyecto de ley que reduce la jornada laboral legal de 48 a 40 horas semanales, que el problema del Paraguay no es precisamente el exceso de trabajo, sino la falta de trabajo completo y formal, justamente lo opuesto. La gran mayoría de los trabajadores paraguayos son práctica o directamente changadores, su ocupación es intermitente, obtienen sus ingresos a destajo o cobrando por jornal, a lo sumo como empleados precarios de copetines, pequeños comercios o talleres, en un altísimo porcentaje al margen de cualquier normativa. Este proyecto de ley no hace nada por ellos, todo lo contrario. De aprobarse, irremediablemente promoverá una mayor informalidad, en vez de desestimularla, y condiciones de trabajo incluso peores.
Pese al “destacado” crecimiento económico de Paraguay en la región, la tasa de informalidad prácticamente no sufrió variaciones en los últimos 15 años y 7 de cada 10 paraguayos ocupados siguen siendo informales. “Este es un reflejo de la baja tasa de productividad, escasos ingresos y protección social”, se discutió en el marco del Foro de Formalización de la Economía: Empleo y Empresas en Paraguay.
Para el fisco, el sector informal incluye a aquellas empresas y trabajadores independientes que no están inscriptos en el Registro Único de Contribuyentes (RUC) de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) y no incluye a los hogares. Se entiende que los ocupados informales son quienes no cotizan al Instituto de Previsión Social (IPS).
La informalidad es un fenómeno profundamente arraigado en el mercado laboral de Paraguay y reducirla representa uno de los más importantes desafíos tanto para la economía como para la cohesión social del país.
El empleo informal afecta a la mayor parte de los trabajadores de Paraguay. En este análisis, MF Economía e Inversiones aborda el tema, describiendo dónde se concentra principalmente, la población ocupada informal, cuántas personas se ven en esta situación y cuáles son los impactos en la economía.
Avanzar en el combate a la informalidad será clave si queremos lograr un crecimiento económico más inclusivo, además de mejorar la gobernanza, señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente informe.