Para que el bebé pueda crecer y desarrollarse, además de la leche materna, a partir de los seis meses de vida ya puede recibir otros alimentos, con una textura puré, bien pisado con un tenedor, blando y espeso, sin grumos y que apenas se deslice en la cuchara. El bebé puede necesitar tiempo para acostumbrarse a comer, por eso, la madre o la persona que cuida al niño o la niña debe alimentarlo con paciencia, persistencia y cariño.
Para el recreo de los escolares se recomienda ofrecer alimentos saludables, de fácil digestión, nutritivos y en pequeña cantidad, acorde a la edad y actividad física del escolar.
Las vitaminas liposolubles son las solubles en grasa, es decir, que la grasa sirve de transporte para que estas vitaminas puedan ingresar y ser utilizadas por el organismo. Son ejemplos de vitaminas liposolubles las vitaminas A, D, E y K. Se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos del cuerpo.
Los hábitos de vida saludable tienen un impacto positivo en el bienestar físico, mental y emocional. Incorporarlos como estilo de vida puede ayudar a mejorar nuestra calidad de vida. Una alimentación sana, con alimentos frescos y variados, la práctica de actividad física diaria y el buen descanso. Los hábitos saludables lograrán mantenernos sanos y vitales con el paso del tiempo.
Se acercan las fiestas de fin de año, con ellos la oportunidad de compartir y disfrutar encuentros con familiares y amigos. En ese marco, el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), recuerda a las familias paraguayas los beneficios de una alimentación saludable y equilibrada, el mayor tiempo posible, para evitar inconvenientes en la salud como una intoxicacion, por ejemplo.
Los micronutrientes son sustancias esenciales que el ser humano requiere en pequeñas cantidades para facilitar las funciones del organismo y mantener la salud. Corresponden a las vitaminas y los minerales. Las deficiencias de micronutrientes pueden ocasionar una salud ocular deficiente, bajo peso al nacer y un impacto negativo en el desarrollo físico y cognitivo de los niños, y aumenta el riesgo de enfermedades crónicas en los adultos.