Una reflexión sobre el desproporcionado poder mágico que se atribuye a la palabra en un mundo dominado por el analfabetismo funcional.
El martes se cumple un nuevo aniversario de la batalla de Boquerón (29 de septiembre de 1932), la primera de la Guerra del Chaco.
«¿Qué veneramos en la bandera y en el panteón? Campesinos y estancieros, empresarios y sintecho, burgueses y obreros, ¿habitan la misma patria?», se pregunta la escritora anarquista Montserrat Álvarez.
¿Es el espacio académico, como algunos pretenden, inmune a las ideologías y, por lo tanto, el único que permite un conocimiento riguroso?
La Guerra Grande no solo proyectó su sombra sobre el futuro sino que cambió el pasado, sostiene Montserrat Álvarez en este artículo.
Como en el clásico cuento dickensiano de Navidad, esta semana nos visitan los fantasmas, solo que, para variar, lo hacen desde las páginas de la prestigiosa revista científica Nature.