El pequeño Josías Nicolás, apodado como Niki, fue despedido hoy por todos sus seres queridos en Ciudad del Este. El niño fue noticia tras poder conocer el mar gracias a las donaciones de cientos de paraguayos.
El sonido de dos disparos rompió el silencio en el pueblo aquel atardecer de 1987. Mario y su esposa Myrian corrieron a la calle a ver de qué se trataba. Lo primero que vieron fue a un hombre que se alejaba rápidamente agarrándose la zona del viente que sangraba, y en la casa del vecino, al lado de una mesa de billar, otro hombre yacía en el suelo intentando respirar. Tenía una bala incrustada en el pecho.
Toda su vida estaba pasando por su mente en esos cinco minutos, mientras sus ojos hacían contacto con aquellos otros, hundidos en esos rostros pálidos, agarrados de unas ramas y con el agua hasta el cuello. El silencio de unos labios morados y agrietados confesaban que por varios días habían sofocado gritos de terror.
A don Lee ya no se lo veía en el barrio hacía varios días. Una tarde, su esposa Lidia, en un respiro de lucidez permitido por el Alzheimer, pidió ayuda a su vecino. Una serie de objetos dieron paso a sorpresas y misterios.
“A ti bella Asunción yo te distingo, vibrando toda mi alma de emoción. Yo soy, dulce Asunción, igual que un hijo que quiere darte un beso en su canción ...” cantaba siempre mientras llegaba a los encuentros, muchas veces sin haber sido invitado oficialmente.
Teófilo Recalde, más conocido como el “Médico de los Pobres”, por su compromiso con las personas de escasos recursos y el deseo de brindarles una atención de calidad, perdió la vida en el mes de abril pasado a raíz del covid-19. Su partida dejó corazones rotos y buenos recuerdos que permanecerán en la memoria de quienes recibieron su ayuda desinteresada.