23 de diciembre de 2024
Dos magníficas pruebas de las prerrogativas de las que gozan los cónsules honorarios fueron el alemán Hans Hermann Weyer, alias el Bello Cónsul y el argentino-uruguayo conocido como Gustavo Gramont Berres, Cónsul honorario de Paraguay en Suiza y luego embajador Itinerante. El uno admiraba al nazismo y vendía títulos nobiliarios, universitarios y títulos de tierras inexistentes. El segundo contrajo un préstamo multimillonario y puso al Paraguay como garantía; una fortuna gastó el país para liberarse de feroces demandas que pusieron en riesgo todas nuestras reservas internacionales por más de una década.