El caso del exconsejero del Instituto de Previsión Social Gustavo Ramón Arias, quien no puede justificar su meteórico incremento patrimonial y se construyó una ostentosa casaquinta en Areguá en plena pandemia, desplazado de su cargo por este Gobierno, pero inmediatamente premiado con otro jugoso zoquete en el instituto pese a que ni siquiera hacía acto de presencia amparado en permanentes certificados médicos por estrés, dista de ser un escandaloso hecho anecdótico. Es una prueba más de que el Consejo de Administración del IPS, al menos tal como está concebido y conformado, no sirve absolutamente para nada más que como fuente de privilegios, politiquería y tráfico de influencias. La Contraloría General de la República acaba de ratificar su informe en el que constata insalvables inconsistencias entre los ingresos de Arias y el aumento de su patrimonio, que pasó de negativo a multimillonario, compras al contado de inmuebles y vehículos, varias cuentas bancarias, subvaloraciones y omisiones en sus declaraciones juradas.
El gerente de Salud del Instituto de Previsión Social criticó duramente la designación de Gustavo Arias -exconsejero del IPS que llevaba meses ausente en el trabajo por “estrés”- como nuevo secretario de Asuntos Gremiales de la previsional. Opinó que se trata de un privilegio inmerecido para una persona que, como miembro del consejo administrador del IPS, debe rendir cuentas por el estado ruinoso en que quedó la institución.
El polémico exconsejero del Instituto de Previsión Social (IPS), Gustavo Arias, está sin prestar servicio al seguro social desde septiembre pasado, tras ser reemplazado de su cargo como miembro del Consejo de Administración. Tras tomarse varias semanas de vacaciones, presentó reposos médicos psiquiátricos alegando estrés, por lo que a la fecha, no se le asignó funciones en la previsional.
Adonai, empresa que explota la cantina del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) está pagando G. 100 millones al mes en concepto de alquiler. Mientras, otras 25 cantinas adjudicadas en abril pasado a empresas ligadas al polémico exconsejero Gustavo Arias, abonan ridículos montos que no superan los G. 3 millones. Propietaria de empresa afectada pide igualdad de condiciones a la previsional.
Conforme a su última declaración jurada, el exconsejero del Instituto de Previsión Social (IPS) Gustavo Arias “blanqueó” la situación de una ostentosa casa de verano en Areguá que ahora figura entre sus declaraciones. Al respecto, desde la Contraloría General de la República (CGR) confirmaron que verificarán si es que el exfuncionario “puede justificar” la lujosa vivienda.
Gustavo Ramón Arias (ANR), exconsejero de IPS, blanqueó la situación de la casa de verano en Areguá, que construyó en plena pandemia. En su última declaración jurada (DDJJ), hizo figurar como suya la ostentosa vivienda. En principio, Arias había negado ser el dueño y dijo que prestaba de un amigo suyo para sus fiestas. “En Registros Públicos, la vivienda no estaba a su nombre pero en la ANDE presentó contratos como propietario. Ahora vamos a verificar si puede justificar la construcción de la casa con el dinero que ganó”, expresó Armindo Torres, director de control de DD.JJ. de la Contraloría General.