Existe un sinnúmero de situaciones que desnaturalizan el proceso normal de la actividad económica de cualquier empresa y por supuesto de una aseguradora. Podemos llamarles variables económicas y en esta ocasión elegimos tres de ellas por su mayor incidencia y porque dependen de factores totalmente externos a la propia empresa de seguros. Uno de ellos constituye la siniestralidad como una variable importante dada su imprevisibilidad como acontecimiento aleatorio, “incierto y futuro”, lo que dificulta establecer presupuestos económicos con pronósticos de mediano y largo plazo. Y es que un siniestro de cierta magnitud, a pesar de la contribución del reasegurador, genera una participación económica del asegurador que provisiona así un pago futuro.