19 de diciembre de 2024
Si bien en cuanto a relevancia, el tráfico de influencias es el de mayor gravedad entre los hechos que se le atribuyen, el ahora exdiputado Carlos Portillo primeramente “saltó al tapete” casi como un bufón, que despertaba más burlas que sospechas. La primera vez que se supo de él fue por mostrarse como un “polímata”, a juzgar la cantidad de supuestos títulos universitarios que dijo tener. De tanto en tanto, también iba dejando “joyitas”, como cuando defendió su jubilación vip, diciendo que no era comparable con el “común” del pueblo o cuando se expresó en contra de drogas que denominó “cras” y “estupefaciento”.