La destitución de Kattya González del Senado fue a todas luces arbitraria y ampliamente percibida por la ciudadanía como una grosera vendetta personal de poderes fácticos que dan órdenes superiores entre abundantes rondas de whisky. Si cabía alguna duda desde lo legal, el propio Ministerio Público dictaminó ante la Corte Suprema a favor de la inconstitucionalidad del procedimiento. Y si todo eso fuera poco, la Justicia acaba de desestimar las burdas denuncias que sirvieron de excusa para toda la maniobra, lo que deja a los perpetradores en una disyuntiva: o respetan las instituciones de la República y enmiendan el atropello, o muestran a propios y extraños que en Paraguay no rigen el Estado de Derecho ni la seguridad jurídica, sino la voluntad de un “patrón” con una cohorte de cepilleros a sueldo.
El mundo está asistiendo a la declinación del estado de derecho y desde aquí resulta notable su repercusión sobre la economía y la misma democracia constitucional.
El endeudamiento llegará a fin de este año al 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), porcentaje que para los técnicos del pensamiento mainstream, el predominante a la fecha, no es un problema, como de hecho varios así se manifestaron cuando todavía era menor de lo que hoy se pronostica.
La economía ha enseñado de manera correcta con los aportes de Richard Cantillón, Adam Smith, Ludwig von Mises, Friedrich Hayek y otros, que el crecimiento económico es un proceso largo de esfuerzo, ahorro, inversión y seguridad. Que se requiere igualmente de garantizar la propiedad privada y la libertad bajo el Estado de Derecho.
El Paraguay se posicionó este año en el puesto 73 de 177 países evaluados por la Heritage Foundation de Washington DC, en su estudio anual sobre libertad económica a nivel mundial. Avanzó 11 lugares en comparación al 2021, cuando se posicionó en el puesto 84, según el reporte publicado.
Alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) realizaron una charla sobre involucramiento cívico en un barrio de San Lorenzo, con el objetivo de promover el estado de derecho. Al terminar, con estudiantes de Artes Visuales los vecinos pintaron murales para fomentar la cultura de la integridad.