3 de noviembre de 2024
Comenzaba el fin de semana, en medio de innumerables festejos, salidas y el cansancio acumulado, el timbre sonaba insistentemente. En tiempos donde ya muy poca gente llega sin hablarlo antes por mensaje, eso es raro. Al salir puedo ver a esta señora que sin duda estaba más cansada que yo, ella recorría en zapatillas vendiendo dulces y caramelos que casi nadie necesita.