5 de noviembre de 2024
MADRID. Tras una larga relación de amor-odio con el chándal, se abraza una moda poética en la que el escote llega como un poder magnético, imán de miradas, arrollador, descarado y atrevido, sin juzgar las formas de cuerpo, al tiempo que anuncia su compromiso con la coquetería y se convierte en un alegato sobre un cierto sexy.