A poco del inicio de las clases, es momento para reflexionar profundamente como sociedad sobre los graves perjuicios para las familias y para el país de estos dos últimos años lectivos prácticamente perdidos. Aunque resulte crudo, es preciso reconocer a la luz de los hechos que la educación virtual ha sido mayormente eso, “virtual”, pero en su tercera acepción de la Real Academia de la Lengua Española: “que tiene existencia aparente, pero no verdadera”, sobre todo para amplias mayorías de las capas más pobres y vulnerables de la población. Por lo tanto, es impensable un tercer año consecutivo de interrupción de clases presenciales o de sistemas híbridos de cualquier índole.
En el distrito de Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, los alumnos no pueden acceder a la educación por medios virtuales durante la cuarentena. La falta de recursos económicos de los pobladores y el problema de baja señal de la conexión a internet son las causas de esta situación.
El Gobierno decidió suspender las clases presenciales hasta el mes de diciembre; en este periodo la enseñanza seguirá de manera virtual. En conferencia de prensa, autoridades del Ministerio de Educación trataron de responder algunas de las preguntas.
El diputado Sebastián Villarejo expresó en un contacto telefónico con ABC Cardinal que la educación virtual es una farsa y explica su propuesta tanto de acción inmediata como a largo plazo para el sector de educación.
La educación virtual es un tema de conversación actual entre jóvenes y no tan jóvenes que desean iniciar una carrera universitaria, sobre el cual rondan varios aspectos que podrían ser considerados como mitos, debido al desconocimiento del tema. En el marco de la Expo Itapúa fue posible desarrollar profundamente el tema.