4 de mayo de 2025
La Cámara de Diputados volvió a incluir en el orden del día de la sesión del próximo martes 6 el proyecto de ley denominado “antiapriete de Nenecho”, ya que pretende prohibir la práctica instalada por el imputado intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, HC), de amenazar a contribuyentes en mora con incluirlos en listas negras de entidades financieras. También un proyecto para la enseñanza obligatoria de inglés desde preescolar.
Uno de los emblemáticos discursos de la campaña electoral del actual gobierno, además del remanido e incumplido “Vamos a estar mejor”, ha sido sin dudas “Con los niños no”. Repitiendo hasta el cansancio pretendieron hacer creer que la niñez paraguaya era un asunto de interés para los candidatos, en especial para el presidente Santiago Peña y algunos legisladores cartistas que se embanderaron en derechos “provida y pro-familia”. Habrán sido muy convincentes, tanto que gran parte de la población electoral votó convencida de que el discurso era real y de que los niños y niñas estarían mejor. Sin embargo, hechos recientes, les han quitado la careta. La utilización de niños y niñas para disfrazar de agradecimiento lo que sería un feroz negociado con mobiliarios escolares nos confirman que los derechos de la niñez, en especial los relativos a salud y educación, están en su peor momento.
Durante la apertura del IV Congreso de Educación Católica en Paraguay, el obispo responsable de la Pastoral Educativa, Mons. Gabriel Escobar Ayala destacó el compromiso de la Iglesia con una educación centrada en la dignidad humana, la identidad institucional y la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Aplicar la filosofía programática en la cotidianidad agiliza procesos y eleva el nivel de precisión. Es lo que hace el mundo hoy, mientras el país padece del cáncer -extirpable cuando hay voluntad política real- de la corrupción, la impunidad y la desidia a las que se suma la ucronía en la que vive la gestión actual del Ministerio de Educación.
El pensamiento computacional está ganando reconocimiento como una habilidad crucial en el siglo XXI. No se trata solo de programar computadoras, sino de resolver problemas de manera efectiva y lógica. Fomentar esta habilidad desde la infancia puede tener numerosos beneficios en los niños.