La relación del presidente Mario Abdo Benítez con el Congreso en sus dos años de gestión tuvo vaivenes. Comenzó con alianzas con sectores opositores para buscar un equilibrio, pero eso duró poco tiempo. Las relaciones se van tensando cada vez más y no se avizora un cambio.
Los próximos tres años de Gobierno de Mario Abdo Benítez serán muy difíciles no solamente por los efectos de la pandemia en la economía y en la salud pública de la ciudadanía, sino también por deficiencias internas propias, la corrupción galopante que no encuentra freno y los pactos políticos que comprometen seriamente la institucionalidad de la República.
A dos años de gestión del presidente Mario Abdo, su relacionamiento con los partidos políticos ha sido prácticamente nulo, pese a su compromiso de diálogo permanente con ellos. En contrapartida, priorizó pactos y alianzas con sectores afines del Congreso.
En su toma de posesión del cargo, el presidente Mario Abdo Benítez lanzó numerosas promesas y pocas de ellas se cumplieron. Habló de consenso con todos los sectores, de una justicia independiente y de luchar contra la pobreza.
Entre el 31 de julio y el 1 de agosto del 2019, Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez, estuvieron a punto de ser expulsados del Poder Ejecutivo, luego de la divulgación del acta entreguista del 24 de mayo, firmada a escondidas entre Brasil y Paraguay.
Los objetivos de la operación cicatriz, impulsada por el veterano dirigente colorado José Alberto Alderete, de máxima confianza del Presidente, son presuntamente dejar de lado las diferencias internas, dar gobernabilidad al Mandatario para que concluya bien su mandato y así mejorar las chances electorales de la ANR el año próximo y en 2023. Sin embargo, se sospecha de una “agenda oculta” que se resumiría en 9 puntos. Algunos ya se cumplieron.