23 de noviembre de 2024
En estos tiempos tan difíciles, resulta aun más afrentoso e indignante que quienes ejercen altos cargos en la función pública gocen de una serie de privilegios presupuestados a costa del contribuyente. Aparte de que cobran unos sueldos envidiables por trabajar poco y mal, de que viajan al exterior para asistir a eventos realizados en centros turísticos, sin ningún aporte para el pueblo que financia esos viajes, de que cuentan con protección policial personalizada o de que tienen un seguro médico privado de primer nivel, disponen de unos generosos cupos de combustible, de los que hacen uso con toda discrecionalidad, dado el descontrol reinante.