Las alarmantes conclusiones de la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI), transmitidas por su jefe Mauricio Villafuerte a inicios de abril, son de estricta actualidad y ya tendrían que haber servido para que se tomen medidas que apunten a revertir el proceso de desestabilización macroeconómica. Nadie ignora que unas elecciones internas y generales a la vista acentúan el tradicional populismo al que son tan propensos los politicastros de todos los colores, como ya se ha evidenciado en los últimos meses. Por eso mismo, hay que tomar muy en serio unas atinadas observaciones y sugerencias que deberían servir para concienciar a la sociedad: los tecnócratas locales ya saben lo que cabe hacer en estas circunstancias, pero también es necesario que la ciudadanía comprenda la urgencia de frenar el aumento del gasto público causado por los subsidios y las subas salariales, para evitar tanto la inflación desaforada como el incremento del preocupante déficit fiscal.