Ya sabemos cuántos somos, dónde estamos, cómo vivimos e ir, en consecuencia, tomando las mejores decisiones. El Censo Nacional de Población y Viviendas del 2022 nos revela datos sociodemográficos de extraordinaria importancia, a fin de analizarlos y generar las mejores estrategias para optimizar la calidad de vida de todos quienes habitamos el territorio nacional.
En la estructura social y económica contemporánea, emerge un sector demográfico conocido como los DINK (Double Income, No Kids en inglés, lo que traducido significa “doble ingreso y sin hijos”). Este fenómeno trasciende meras estadísticas poblacionales, impactando profundamente sobre tendencias de mercado, políticas públicas y dinámicas culturales.
De acuerdo con conceptualizaciones de organismos internacionales, los censos son la fuente primaria más importante y amplia de información estadística. Dada su periodicidad (cada diez años) es posible comparar los cambios en el tiempo (evolución) y entre países, ya que el levantamiento censal se realiza en fechas similares en casi toda América Latina y el Caribe. Sus resultados suministran los antecedentes básicos acerca de las viviendas, los hogares y las personas, además es el único instrumento capaz de proporcionar datos para niveles geográficos menores.
Las economías regionales actuales ya no responden a la frontera como factor de activación. La agricultura, la ganadería, el comercio y los servicios hacen irrupción en los departamentos del interior, reduciendo asimetrías y construyendo ventajas competitivas sobre las meras fuerzas geográficas de la localización. Nuevos debates e investigaciones sobre las economías departamentales son necesarias para comprender a profundidad los roles, funciones y vocaciones de cada departamento, sobre todo en tiempos de planificación y propuestas electorales.
La transición demográfica explica los cambios en la estructura de la población, observados desde los cambios en los nacimientos y en las muertes que ocurren en un lugar determinado. En un primer momento existen muchos nacimientos, pero también muchas muertes, por déficits de infraestructura sanitaria entre otros, por lo que el saldo población no es alto y la población crece poco.