¿Es moralmente lícito que niños europeos se diviertan jugando a indios y vaqueros, o se trata de un caso de apropiación cultural? La estética de las máscaras africanas en el cuadro de Picasso «Las señoritas de Avignon», ¿es apropiación u homenaje? ¿Qué ocurriría si todas las sociedades dejaran de apropiarse recíprocamente de sus productos artísticos, musicales, culinarios…? Este artículo del periodista español Luis Carmona aborda uno de los debates culturales más candentes y delicados del momento.
Oasis anuncia su regreso y, entre la euforia y el despliegue informativo, algunos se preguntan: ¿qué habría dicho el teórico del britpop, el crítico de la escena musical de los 90, el filósofo del rock? ¿Qué habría dicho K-Punk?
«La educación, como el arte, ha sido siempre un factor de movilidad social, pero la necesidad de la educación superior es imperiosa porque los concursos de acceso a diferentes cargos tienen en cuenta la titulación y no la idoneidad», escribe Tania Ramos.
Con su habitual agudeza, el periodista Luis Carmona se opone decididamente en esta reflexión a la censura del disparate por su efecto multiplicador de la tontería.
Lo que hoy se nos vende como un adelanto tecnológico y cultural no es más que el saqueo de nuestra memoria por intermediarios tecnológicos que rastrean nuestros datos y nos presentan la repetición de nuestro propio pasado como un anticipo de nuestros deseos y necesidades.
Hoy vamos a hacer filosofía sobre la noticia del momento y a reivindicar la dignidad individual por encima de los constructos socioculturales desde una posición nominalista. Sobre las polémicas que desató a su paso y el brillante triunfo en París de la boxeadora argelina Imane Khelif (Tiaret, 25 años), nueva campeona olímpica de boxeo en la categoría de peso wélter tras ganar la Medalla de Oro el viernes, escribe Montserrat Álvarez.